Cordialmente en invierno te veo a ti, escribiendo prolijamente la hoja de tu cuaderno; en la mesa azul oscura de tu habitación.
Cordialmente observo como esbozas una ligera sonrisa en tu rostro, y tus ojos como dos velas, iluminas con tu gran luz; a todo nuestro hogar.
A los pocos minutos después, me miras con una gran bonita y cálida mirada como transmitiéndome en tus bellos labios: "Hazme en una pequeña taza un poco de café, por favor".
Cordialmente me levanto de la silla de la cocina, camino sin ninguna prisa. Mientras avanzo con el café recientemente preparado, me detengo.
Me detengo en medio del living comedor para contemplar a muy pocos metros, un pequeño fragmento de tu poesía que estabas escribiendo:
"En la noche mientras observo como en la orilla del río, mi rostro se refleja en las aguas calmas de ese lugar; oigo como los pasos de una persona se escuchan más cercanos; volteo mi mirada. Te veo a ti, abrazándome como si hace un siglo, no nos hubiéramos visto".
Cordialmente permiso y perdón por distraerte café mío, cordialmente te dejo aquí, tú café.
Cordialmente gracias, querido mío.
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