Capítulo 3: Un triángulo amoroso peligroso de ¿Cómo quieres que te quieran?:
Mientras que Mario y Margaret se besaban sobre una habitación desconocida, oyeron que otras personas además de ellos habían entrado.
Habían ingresado al despacho Katrinilda con Aldoncio que tenían unos pisos de mármol blancos con partes fucsias, las paredes estaban pintadas de unos colores bermellón, habían unas sillas con ruedas negras, un escritorio de madera de colores marrones claros con una computadora y un teléfono fijo hacía el lado izquierdo del escritorio de unos colores blancos.
De pronto en la otra parte de la oficina de una puerta que tenía unos colores verdes manzanas con partes azuladas donde estaban escondidos "Los casi nuevos novios".
Más tarde cuando entraron Katrinilda y Aldoncio discutiendo, cierra la puerta principal él mientras que ella seguía avanzando y ella de luego se sienta enojada sobre una de las sillas negras.
Enseguida él avanza unos metros hacía su escritorio con una cara muy de malvado, Posteriormente Aldoncio se sienta en su silla.
 Mientras tanto Margaret al instante le decía a Mario susurrando: -bueno Mario, ya es suficiente con tus besos, fue lindo pero déjame escuchar para ver que dicen- replico interesada mientras se aproximaba un poco hacía la puerta apoyando su oído en ella.
Enseguida Mario le hizo caso y ambos escucharon de lo que decía Katrinilda:- no estoy de acuerdo Aldoncio, de que tengas que darle vacaciones a Katribriela, además ella no hacía nada en este supermercado solamente chusmeaba sobre las noticias que merodeaban por aquí, pero no trabajaba- replico indignada lo primero y lo último sincera.
Aldoncio le contesta subiendo un poco el tono de voz:- no hables así de Katribriela nunca más vos o de lo contrario..  Katrinilda interrumpe en el momento, se para de la silla, se le arrima a su rostro y le pregunta: ¿o de lo contrario que Aldoncio, me despedirás? ¿me pondrás en otro sitio para verme sufrir?- cuestionó desafiándolo
Aldoncio bajo un poco el tono de su voz y le respondió:- no me desafíes, no sabes de lo que puedo hacer, ahora siéntate y si tal vez te despida por este papelón que hiciste, compórtate como una persona adulta Katrinilda, crece- Contento lo primero como mandamás y lo último muy molesto.
Katrinilda obedece a la orden de su  jefe, se acomoda otra vez y le dijo:- Quizás renuncie no solo por vos ni por el supermercado ni para que no me veas más, sino para mantener el secreto guardado de tu novia que lo conozco- dijo un poco incómodamente hacía él y un poco retamente.
Mientras en la otra puerta Margaret con una cara de sorprendida le dice murmurando a Mario:- me enteré de esta noticia que acaba de decir Katrinilda, ya hablare seriamente con Aldoncio, vera que muy pronto desaparecerá de mí- expresó lo primero enojada y lo último seria.
Mario al rato le contestó:- no estoy de acuerdo con lo que le vayas a decir a él, dícelo más adelante margy por favor- manifestó con una cara de entristecido.