sábado, 12 de mayo de 2012

Adelanto del primer capítulo de La vida es un corazón:
Aquel día soleado donde los rayos del sol traspasaban sobre las cortinas blancas de la habitación 239, entra una enfermera de estatura media, de cabellos lacios morochos, de unos ojos de color avellanas, con la vestimenta de la médica auxiliar con una libreta de la historia clínica del paciente Iriturisin  y una lapicera negra para tomar los datos de como evolucionaba el flemático.
Al rato el paciente con una voz casi quebradiza que apenas se podía escuchar le pregunta a la enfermera:- ¿cuándo me traería el desayuno señorita?- cuestionó curioso. La enfermera con una mirada de seria dirigida hacía su paciente le contesta:- ya se lo voy a traer Lucendrino- respondió con buenos modales...

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