¡Buenos días, buenas tardes o noches, queridos chicos!, ¡Hola, chicos!, ¿Cómo están? Quiero compartir junto con todos ustedes, esta nueva anécdota que recuerdo de mi querido y gran estimado jardín de infantes.
Viernes, 12 de noviembre de 1999.
Recuerdo que estábamos junto con mis queridos y grandes estimados estimados compañeros del jardín de infantes, en el recreo, y en medio de los juegos que jugaban mis queridos compañeros, les replicaba aproximándome hacia cada uno de ellos.
― ¡Buenas tardes!, ¡Hola, chicos! ¿Cómo están?― Cuestioné con un tono de voz curioso, mientras iba saludando a cada uno de mis queridos compañeros y a su vez, dándole brevemente un pequeño beso en la mejilla, a cada una de mis compañeras.
― ¡Buenas tardes!, ¡Hola, Carla! ¿Cómo estás?― Le pregunté con un tono de voz muy alegre, mientras que ella estaba jugando con el resto de una de sus compañeras.
¡Ah!, ¡Hola, Nico! ¿Cómo estás?, Estoy bien, bien
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