domingo, 22 de enero de 2012

Capítulo 1: El comienzo de mis problemas de ¿como quieres que te quieran?
Todo empieza en una mañana calurosa de verano, un hombre casi grande de unos cuarenta y tres años,  de unos cabellos cortos pelirrojos parados con un vaquero azul, con una remera roja fuerte que venía con un logo de basquetball y unas zapatillas blancas  iba conduciendo en su auto blanco durante el asfalto de una ruta muy calurosa como si fuera un desierto que hacía apenas treinta y seis grados, Mario enseguida prendió la radio de su auto para escucha la música de distintas radios. A los pocos segundos mario se cuestionó a si mismo en su cabeza pesando: ¿estaré bien haciendo una nueva vida dejando los recuerdos de mi tierra natal de cuando era bebé, de mi infancia y de mi adolescencia?- se interrogó a el mismo. él tenía un objetivo llegar hasta la ciudad de veridit en busca de un nuevo empleo, de un nuevo amor, de nuevos amigos,etc.  Mientras tanto seguía manejando su camioneta en la ruta y vio un letrero en el camino que decía: Kadinfi 200 km.  
Mario sonrió con alivio al ver ese famoso letrero para cargar combustible mientras bajaba su ventanilla izquierda del auto para que se refrescará con el viento. Una vez que llegó a la estación de servicios, apagó el equipo, el estaba sentado en su vehículo esperando de que se cargue el combustible  y veía como un joven empleado de unos veinte y cinco años de ojos celestes con su pelo recogido morocho y su vestimenta de una remera de la estación con su logo de un tiburón y sus zapatos negros cargando nafta en su camioneta, al rato el jóven le dijo a Mario: -gracias señor, hasta luego- dijo con una sonrisa alegre el joven empleado. 
Mario lo mira al empleado y le dijo:-gracias- dijo feliz y nuevamente seguía de viaje para la ciudad que lo esperaba. 
No obstante en el camino a quinientos metros vio otro cartel violeta con partes verdes- blanquecinas que decía Vedirit 430 km. 
una vez que llegó a la entrada de la ciudad vió muchos autos, muchos camiones, muchos jóvenes, etc que iban de un lugar a otro, se escuchaban los bocinazos hacía los otros autos, motos,etc para apresurarse de irse a trabajar aquellas personas o a llevar a sus hijos al colegio para que llegarán puntualmente,etc. 
En un momento su auto se le sale humo del motor.  
Al rato cuando estacionó su camioneta debajo de una Arboleda para que se le enfrié el motor,  donde las calles tenían unos baches un poco grandes, para que se le enfrié el motor, nuevamente apagó el equipo del auto, se bajó de su vehículo, luego cerró la llave de la puerta de su auto, se la guardó en su vaquero en la parte izquierda, se apoyó hacía su automóvil con los brazos cruzados a  esperar que alguien lo ayudará con su auto. 
Posteriormente  preguntó a una señorita jóven de unos 19 años de cabellos marrones lacios largos sueltos, de ojos de colores turquesa, de piel pálida, llevaba puesta una maxifalda  de unos colores jades y unos zapatos blancos con unas partes de colores canelas, A los pocos minutos la dama  miró hacía ambos lados para ver por si venía un auto, luego cruzó la calle para adelante de un almacén que se llama the love of a men donde las baldosas de la vereda del almacén eran de colores rojos salmones con partes moradas y partes de colores amarillos. 
Mario le dice a la jóven mirandolé a sus bellos ojos al frente de la tienda: -discúlpeme señorita, soy nuevo en la ciudad-dijo un poco serio. 
Más Tarde le pregunta:-¿me puede ayudar? preguntó generosamente. 
La señorita nuevamente se fué del negocio, Posteriormente miró a ambos lados nuevamente para asegurarse de que no viniera un auto, un remis,etc. Una vez de cuando llegó al auto del nuevo vecino le responde con su mirada de interesada :- si señor, claro que lo ayudaré-replico feliz y casi con su voz chillona. 
Después agregó la jóven: -por cierto, me llamó Margaret Rizquiot,- dijo alegre con su voz grave y después estrechó su mano.
 Mario al ver que estrechó su mano igualmente hizo lo mismo y dijo:- me llamo Mario Junitin, el honor es todo mío señorita- dijo educado. Sin embargo Margaret le preguntó a Mario: ¿que le pasó a su auto? pregunto curiosa mientras se le acercaba más como para darle un beso. 
Mario enseguida un poco incómodo le contestó con su voz de barítono:- se me salió humo del motor cuando entraba a la ciudad y me tuve que meter debajo de este álamo plateado para que se enfriará un poco- dijo un poco melancólico. Margaret se le ocurrió una idea de quién podía solucionarle el auto:- conozco a unos amigos míos que arreglan autos y demás, si quiere le aviso a uno de mis amigos que le arreglen su auto, no se que le parecerá la idea a usted:-dijo con una sonrisa. 
Mario pusó una sonrisa infinita al escuchar la solución a su problema, otra vez le dijo:- es muy buena idea señorita, muchísimas gracias Margaret.-le dijo feliz  hacía ella.
 Luego incrementó:- no sabe el problema de que me ha sacado, te lo agradezco infnitamente- declaró dichosamente. 
Margaret le contestó:-de nada Mario, para eso son los amigos, para ayudarse entre sí- decía con una sonrisa de contenta. En es mismo instante Margaret se da vuelta y ve a la camioneta gris que se aproximaba a donde estaba ellos conversando. Posteriormente ella susurra por debajo:- se suma más problemas ahí viene aldoncio- murmurró un poco triste.. Mario a los pocos segundos le pregunta interesado:- ¿que dijiste marga?-. Margaret le contesta en el momento:- ignora lo que dije antes, era un problema que tenía hace mucho tiempo pero ya lo resol.. 
En ese mismo momento interrumpido que iba a decir la otra mitad de sus palabras, estaciona detrás del auto de Mario. 
Al rato Un hombre de unos treinta y cinco años, de cabellos cortos ondulados rubios, de ojos de color miel, de piel tostada, tenía puesto unos pantalones bien formales de colores blancos, un saco de colores negro con una corbata roja oscura y unos zapatos negros con partes azules marinos  descendió de su camioneta con unos lentes narajas y con mitades verdes claras puesto, se acercó hacía el otro caballero con quien estaba margaret hablando.
A los pocos instantes Aldoncio le pregunta con una actitud de desafiante: ¿Quién es usted para hablar con mi novia?- cuestionó con su tono de voz de malvado. Margaret le contesta en una situación que casi era incómoda:- es un amigo el señor- aclaró de buenos modales mientras lo señalaba ella hacía Mario.
A los poco momentos incorporó margaret con una mirada de inocente hacía sus hermosos ojos de él:- lo ayudo porque a él se le aberro el auto, pero no pasa nada entre nosotros te lo prometo Aldoncio-dijo con una voz de tierna. 
En ese momento Mario le protestó mirándolo:- es verdad lo que dice la señorita, solamente trataba de ayudarme, no se enoje- contestó sincero. Enseguida Aldoncio le dijo a su novia:- vámonos Margaret ahora- ordeno con una mirada de un villano de película.
Margaret le hizo caso a su novio, se acercó a darle un beso en la mejilla como un beso de despedida, Mario hizo lo mismo.
Después Margaret con una mirada de triste se aleja de él, abre la puerta derecha de la camioneta, se sube y Luego Aldoncio prendió nuevamente a su camioneta para llevarla al trabajo a su novia. 
Rápidamente Margaret se pone el cinturón negro, Aldoncio hizo lo mismo también de su novia, cuando margaret termino de ponerse el cinturón, Al rato Aldoncio puso en marcha la camioneta, baja fugazmente la ventanilla ella y le dijo gritando mientras se alejaban de Mario:- nos vemos mañana mario- expresó con una sonrisa que se notaba en su rostro. Mientras se alejaban más Aldoncio le pregunta severo:- ¿quién era el señor con el que estabas charlando margaret?-. Margaret no le respondió a la pregunta que le hizo Aldoncio.
Nuevamente Aldoncio le hace la misma pregunta y le contesta ella de malos modales:- te lo dije debajo de la arboleda con él, el necesitaba mi ayuda, él me socorrió a mí para que lo ayude, ahora no te pongas celoso vos Aldoncio porque no paso nada entre nosotros dos, te lo repito otra vez si se te olvido- dijo lo primero defendiéndose y lo último un poco de mala. 
Aldoncio en instantes le contesta:- no estoy celoso, si estuviera celoso no te hablaría a vos y además ese señor creo que no me cae bien y tú no deberías ni hablarlo ni mirarlo nunca más, ese señor marcondrio, mario como se llame no lo vuelves a ver sin mi autoridad margaret ¿de acuerdo?- cuestionó lo primero más serio y lo último más frío. 
Margaret nuevamente no le volvió a contestar donde después de llegar al supermercado the blood is we, Aldoncio estaciona su camioneta debajo de una sombra, apaga el motor, se baja rápidamente de la camioneta ella de su "celoso" novio y se fue corriendo como nunca ha corrido nunca en su vida...

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